Lamborghini nos traslada directamente al mañana con un prototipo que emplea tecnología del futuro y se muestra como una visión de cómo serán los coches en el año 2040.
El Lamborghini Terzo Millenio Concept no adelanta la próxima generación de vehículos de la marca, sino que pretende mostrar el potencial de la compañía italiana a la hora de desarrollar tecnologías de vanguardia, para lo cual se ha asociado con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Su nombre, que en italiano significa “Tercer Milenio”, hace referencia a un deportivo propulsado eléctricamente que parece indicar el camino que seguirá en materia de diseño Lamborghini. De hecho, el CEO de la marca, Stefano Domenicali, calificó la colaboración como “una página importante en el futuro del superdeportivo para el tercer milenio”. Concretamente, el fabricante ha buscado en su colaboración con el MIT el desarrollo de sistemas avanzados de almacenamiento de energía, así como empujar los límites en términos de ciencia de los materiales.
El resultado es un vehículo de construcción ligera y máxima eficiencia aerodinámica con dos pasajeros que se asemeja, en términos de utilidad, al Aston Martin Valkyrie, donde el espacio no esencial no está cubierto con paneles de carrocería, sino más bien expuesto, lo que otorga una mejora en cuanto a aerodinámica se refiere. El Lamborghini Terzo Millenio está equipado con cuatro motores eléctricos dispuestos cada uno en una rueda.
Este sistema de propulsión se complementa con supercondensadores avanzados y el almacenamiento de energía integrado en la carrocería del vehículo, lo que facilita no solo la entrega de potencia máxima, sino la recarga rápida de dicha energía, una regeneración efectiva mediante energía cinética y una degradación mucho más lenta mediante el uso de la batería. Dicho de otra forma, la carrocería se convierte en la batería en lugar de equipar lo que actualmente es conocido como un paquete enorme y pesado situado en el piso del vehículo.
La visión de este concepto de fabricación se basa en el uso de nanotubos de fibra de carbono, baterías lo suficientemente maleables para darles forma y los suficientemente delgadas para ser intercaladas entre capas externas e internas de la carrocería, así como satisfacer la demanda de energía de los cuatro motores de alto rendimiento. Además de convertir la carrocería del Terzo Millenio Concept en un “acumulador de energía eléctrica”, la construcción de fibra de carbono ayudará a mantener el peso muy bajo.
Obviamente, el convertir la carrocería del coche en una batería gigante supone riesgos que Lamborghini debe afrontar, como el hecho de que pueda dañarse mediante la utilización del vehículo. Gracias a la asociación con el MIT, el fabricante ya está trabajando en una solución plausible. El concepto puede controlar toda su estructura de fibra de carbono y detectar cualquier grieta o daño en la misma. Si se detecta cualquier fractura, los “microcanales llenos de químicos curativos” repararán la estructura de manera autónoma.