Sus proporcionadas líneas crean un diseño que roza la perfección, que combina deportividad y elegancia a partes iguales.
Infiniti Q60 2.0t Premiun y su poderosa estampa, recogida en 4.690 mm de longitud, 1.850 mm de anchura y 1.395 mm de altura y vestida con el color Dynamic Sunstone Red es la envidia de muchos candidatos del segmento; y no es para menos…
En un vistazo rápido observo con el mimo que ha sido creado. Los detalles como la forma inusual de media luna con acento cromado del pilar c, la parrilla de doble arco con malla tridimensional, el marcadísimo paso de rueda trasero o los afiladísimos pilotos con tecnología LED son los premios que se obtienen si te encuentras con él.

Dentro también hallo un gusto exquisito por los detalles; solo hay que descubrir el tirador de la puerta o la forma del asidero que emana de los apoyabrazos laterales. También llama poderosamente la atención su consola central en negro brillante compuesta por dos pantallas táctiles, estructura denominada Infiniti InTouch: la superior es de 8” y está reservada al navegador, mientras que la inferior, de cristal y de 7”, complementa al sistema de navegación, pero también hace la función del equipo multimedia y del climatizador. A diferencia de otros fabricantes, todas las funciones, a excepción del aire acondicionado, que se activa desde la pantalla, se pueden manipular mediante los botones repartidos por la consola. Por este motivo, cosa que agradezco, no es necesario navegar por el menú de las pantallas para cambiar de función, algo que obliga al conductor a quitar la vista de la carretera. También es verdad que alguno está a desmano, como el encendido y apagado del climatizador o los del sistema encargado de desempañar la luna delantera y trasera.
La calidad percibida es realmente buena porque mezcla materiales como el acero cepillado o el cuero, que combinan con el negro brillante de algunos aditamentos. Además, no encuentro plásticos duros; y es que hasta la tapa de la guantera está hecha de material gomoso. Asimismo, cabe destacar los ajustes, a la altura de los esperado.

Antes de dirigirme a las plazas traseras compruebo la buena posición de conducción que me brinda el nuevo Infiniti Q60. La adquiero rápido gracias a sus confortables asientos con múltiples reglajes, que, además, agarran el cuerpo en curva de forma más que satisfactoria. Me traslado a las banquetas traseras, y en un arduo trabajo, por fin me acomodo. El acceso es complicado por la forma del techo, la maniobrabilidad del asiento delantero y la posición del cinturón de seguridad de éste. Tras esta pequeña gymkhana, compruebo que mis rodillas tienen el espacio suficiente como para viajar con comodidad, también los hombros, lógico al ser un cuatro plazas, pero no mi cabeza, porque toca, para mi desgracia, no con el techo, sino con la luna -a mi cabeza vienen esos días soleados que tanto añoro del verano-, y eso que solo presumo de 1,78 m de altura, estatura que no me serviría ni para jugar en la liga universitaria de baloncesto. Y hablando de espacio, el de la carga cubica 342 litros, bastante menos que el trío alemán y dos litros más que el Lexus RC 300h. Además, el maletero tiene forma irregular y el piso no es plano. Las apariencias engañan: lo cierto es que caben dos maletas de viaje y alguna bolsa más.

Me llama poderosamente la atención lo bien insonorizado que está, algo que me invita a conducir relajado. También su suspensión, que filtra bastante bien las irregularidades de la calzada. Cuando llego a mi zona de curvas favorita, pulso el botón con el que selecciono el modo de conducción que demando (Standard, Snow, Eco y Sport) y que está situado al lado de la palanca. Constato que la suspensión es menos firme que la de un BMW Serie 4, y no hablo de su variante Performance, pero mantiene la carrocería sin balanceos ni cabeceos.
Por su parte, la dirección, que es demasidado asistida, transmite lo que pasa bajo el eje delantero, pero no de forma tan eficaz como sí hacen sus rivales alemanes. Infinti ofrece con el acabado Sport otra razón más para optar por él: la ‘Dirección con Sistema Adaptativo’ con hasta siete reglajes diferentes. Lo que sí viene en el acabado Premium, el de serie, es su dirección adaptativa de asistencia eléctrica, que facilita las maniobras, y de qué forma, en parado.
