El Maserati MC20 se presentó oficialmente hace apenas un mes, tras una larga temporada en la que los rumores sobre él no han parado de correr como ríos de pólvora.
No es para menos, porque este coche está llamado a devolver a Maserati, una de las marcas con mayor historia en el mundo de la competición y los coches deportivos de calle, al mayor nivel del automovilismo actual, el de los supercoches.
Además será el encargado de comenzar una nueva era para la marca, con la llegada de coches eléctricos e híbridos, introducción en nuevos segmentos como el D-SUV con un hermano pequeño del Maserati Levante y otras novedades que veremos más adelante. Además, ahora Maserati ya no se nutre de Ferrari como antes, tiene su equipo propio de desarrollo.
El Maserati MC20, un auténtico superdeportivo actual
Su nombre MC20 hace referencia a las siglas Maserati Corse y el 20 es una referencia a este año, el 2020. Dicen en la marca que es el sucesor del MC12, aunque eso tal vez sea mucho decir si tenemos en cuenta el momento en el que nació aquel, la era de los supercar a comienzos del 2000.

Hoy hemos podido conocer, ver y tocar por primera vez, aunque por el momento solo de forma estática, la única unidad del MC20, todavía en fase de prototipo, que está siendo presentada alrededor del mundo.
A decir verdad, inicialmente el aspecto del MC20 me dejó un poco frío cuando lo ví en las fotos oficiales. Pero mi percepción cambió por completo al tenerlo delante hoy. No es un Alfa Romeo 4C modificado, ¡para nada! Es un coche mucho más largo, con 4,66 metros de largo y solo 1,22 de alto que nada tiene que envidiar a un Ferrari 488.
Su carrocería es muy estilizada. Está presidida por la característica parrilla delantera de Maserati con el tridente bien marcado y un paragolpes delantero situado en una posición extremadamente baja que sirve para culminar un capó delantero de formas muy lisas, con dos tomas de aire situadas en los extremos laterales.
No sabemos dónde va a llevar la matrícula, gigantesca en el caso de España, pero habrá que verlo, porque aparentemente espacio no tiene demasiado.
Por primera vez en un Maserati las puertas son de apertura vertical, haciendo que el acceso al habitáculo sea muy cómodo. Una vez tiene las puertas abiertas, el aspecto del coche es descomunal, muy agresivo.
El resto de la carrocería se caracteriza por las líneas muy limpias y puras. Carece de cualquier tipo de alerón y en su lugar se ha trabajado la aerodinámica a nivel de bajos y carrocería, sin que haya ningún apéndice que rompa una línea fluida y muy bien trabajada.
En la parte inferior de la carrocería, toda ella fabricada en fibra de carbono, el ligero material se deja deliberadamente a la vista y ayuda a que a simple vista el coche se vea muy bajo y pegado al suelo.
Las llantas en medidas 245/35-20 delante y 305/30-20 atrás tienen un diseño muy personal, diferente a todo lo conocido hasta ahora y están marcadas por tres segmentos de forma ovoide, con los radios exteriores metalizados y la garganta en color negro.
Para los frenos recurre a discos de 380 mm con pinzas Brembo de seis pistones, y opcionalmente se podrá equipar con discos carbocerámicos de 390 mm de diámetro firmados por Brembo.
El pilar A y el techo van pintados en color negro, haciendo que el espacio dedicado al habitáculo se vea muy pequeño a simple vista. Detrás de él, se encuentra el motor que va situado en posición central, con todos los beneficios que eso aporta a nivel dinámico.
Se trata del primer motor desarrollado íntegramente por Maserati en muchos años, y tal vez por eso han querido que esté bien visible mostrándolo a todo el que se acerca al coche a través de una pieza de fibra transparente que recuerda a la del Ferrari F40, aunque salvando las distancias.

El tridente de Maserati situado al lado de las tomas de aire que insuflan aire al motor V6 da paso a una trasera de formas planas, en la que las ópticas me recuerdan ligeramente a las del Alpine A110, aunque al mismo tiempo son capaces de seguir con la línea estética de Maserati recordando con sus formas al eterno GranTurismo.
Debajo, el descomunal deflector de aire integra las dos salidas de escapes, una a cada lado del coche en color negro. No pudimos ponerlo en marcha para saber cómo suena, habrá que esperar para poder hacerlo.